Francia en autocaravana, las desconocidas Landas
Oh la la, es la expresión que junto con una sonrisa exclamamos cuando nos disponemos a arrancar nuestro viaje en familia hacia Francia en autocaravana. Dos hoteles rodantes de 5 estrellas con capacidad para 4 personas (tanto para viajar como para pernoctar) cada uno y donde siempre tu mascota es bienvenida.
El tiempo abrevia y un fin de semana no da para mucho, con lo que llevamos todo planificado y preparamos la cena del viernes para que cuando lleguemos a Mont Marsan donde se encuentra el área de autocaravanas de Nahuques y pernoctaremos la primera noche, solo tengamos que aparcar y disfrutar de la experiencia.
Este área de autocaravanas cuesta 7,50 euros de la auto caravana por 24 horas, 0,45 por persona y 3 euros las 12 horas de luz), además a escasos metros se encuentra un parque de animales. Respecto al área se echa en falta alguna toma más de luz, pero el área es accesible, con mucho verde, arbolada y tiene parque infantil. Está preparada para vaciar aguas y rellenar depósitos.
Llegó la hora de cenar y estar en una autocaravana no está reñido con el buen yantar a pesar de que el menaje y la cocina no sea la de tu casa, nos ponemos manos a la obra y disfrutamos de unas tostas de salmón ahumado Martiko con huevo poche, un pisto manchego de Cachopo y una quiche de puerros y bacon, todo regado con unas cervezas bien frías mientras los peques andan jugando en sus camas, ¿qué puede fallar?
Llevamos dos modelos diferentes de autocaravanas pero una de ellas al ser más grande la hemos utilizado de campamento base tanto para desayunar, comer o cenar todo juntos, eso sí, el dormir cada uno por separado y con toda la tranquilidad de que los niños no se caigan de la cama gracias a los sistemas de seguridad que disponen los vehículos.
Además, y sin que sirva de precedente ya que las comparaciones son odiosas acostumbrados a nuestra Traffic el dormir aquí era como estar en el hotel Maria Cristina, un privilegio sin parangón.
Decidimos madrugar para poder visitar el mercado de Mont Marsan, ya que es uno de los 100 más bonitos de Francia, además optamos por ir caminando en vez de coger el autobús que tiene una parada enfrente del área de autocaravanas para estirar las piernas e ir encontrando y perdiéndonos por las calles del pueblo.
Área de autocaravanas en Francia
No os preocupéis que no fuimos en ayunas, unas buenas tostas de jamón ibérico y un café en nuestra taza regalo por parte de Ikai Vans nos hizo coger la energía necesaria para emprender nuestro paseo en este viaje en familia.
Nos gusta visitar los mercados de los lugares que visitamos para mezclarnos con sus gentes, conocer la gastronomía y producto local y de paso coger unas buenas viandas para prepararnos la cena y comida del día siguiente.
No fue fácil decidirnos, pero nos decantamos por unos quesos ricos y un poco de rillette de oca de infarto, tampoco faltaron unos hongos de la zona, unas vieiras frescas y unas ostras sin olvidarnos de las famosas baguettes de la France.
Aunque vayamos en autocaravana ya sabéis que somos gourmets, por lo que a la hora de comer nos espera una experiencia única en una estrella Michelín, Les Clefs d’Argent. De la mano del chef Christophe Dupouy, ofrecen 3 menús a elegir en función del mercado, menú 5 pases por 66 euros, menú 6 pases por 74 € y menú 7 pases por 83 euros. También tienen menú infantil de temporada por 23 euros. Nosotros elegimos el de 7 pases que os describiremos brevemente para no desvelaros todos los secretos y podáis ir a vivir la experiencia en vuestro viaje en familia.
El aperitivo ya te hace despertar todos tus sentidos, con algo tan sencillo pero exquisito como una mantequilla de pimiento de espelette adictiva, los primeros platos fueron una crema de coco fría con salmón ahumado y un foie gras con una salsa de kiwi, remolacha y salsa bearnesa.
Para los pescados, un rodaballo con hongos y salsa de champán, y para la carne un magret espectacular con puré de calabaza. El menú incluye dos postres: una tartaleta de pera con helado de vainilla de borbón y pera Belle Helene.
Volvemos paseando para disfrutar en el área jugando una partidita al mus (si alguien quiere retarnos, montamos rápido torneo) mientras los peques disfrutan descalzos de la naturaleza y del arte, con sus dibujos.
Nos desplazamos hacia La Bastide d’Armagnac hacia las 18:30 horas para poder deleitarnos con cosas tan sencillas como la luz del camino mientras conducimos otra media horita al área de autocaravanas del pueblo, que esta vez es gratuita, donde cenaremos con esos productazos adquiridos en el mercado.
Para ser sinceros estamos un poco llenos, nos reservamos para el domingo y cenamos ligero con un poco de queso y la rillette de oca. Para los peques unos sándwiches mixtos calentitos y nos retiramos a descansar.
El domingo, ponemos en práctica el concepto de slow life ya que ambas familias llevamos un ritmo algo acelerado de vida y de vez en cuando es necesario parar respirar y tomarse las cosas con calma. Desayuno tardío con unos aguacates ricos en tostada, fruta, cereales… un buffet en condiciones.
Hacia las 12:30 después de una ducha caliente con presión maravillosa nos vamos a recorrer el pueblo, conocido por su Fontaine y su plaza. La Bastide d’Armagnac es un pueblo fundado en 1291 con una plaza que se mantiene casi intacta desde entonces.
Recorrer las Ruas de La Bastide es como retroceder en el tiempo, casas con vigas de madera, ventanales enormes, construcciones pequeñitas llenas de historia, os recomendamos perderos por cualquier callejuela, tampoco os llevará, mucho tiempo porque es una villa muy pequeñita pero acogedora.
Aprovechamos el buen tiempo para tomar algo en la terraza del bar del pueblo que propone varias opciones gastronómicas sencillas, pero con muy buena pinta como galettes artesanales, foie gras mi cuit, confit de pato o hamburguesas.
Para comer, preparamos un menú sencillo para los peques con macarrones. Para nosotros que somos unos morros finos preparamos unos hongos laminados con yema de huevo, un revuelto de setas, unas vieras con salsa de curry verde y coco, ostras y de postre un poco de queso. Volvemos a repetir estrella Michelin pero home made, ¿os apuntáis?
Para finalizar y, ya de vuelta a casa, aprovechamos para acercarnos al Château de Lacquy que desde 1711 mantiene la tradición de la producción de Armagnac.
El guardián Mathieu, que además sabe un poco de español, nos explica las opciones que tienen y nos ofrece degustar el licor.
Os recomendamos este viñedo donde podréis aprender por este licor mundialmente famoso, entender diferencias entre “millesimes” y “assemblages”, poder ver sus centenas de barriles algunos más viejos que nosotros.
Nuestra escapada de fin de semana en Francia
Finalmente, disfrutamos de un paseo por los viñedos. Experiencia muy bonita y para valientes.
Y con esto termina nuestra escapada de fin de semana por las Landas, por su zona más interior y quizás menos conocida por todos, aunque bien apreciada por los conocedores y bebedores de armagnac.
Esperemos que os haya gustado tanto a nosotros acompañarnos en este viaje por Francia en autocaravana, ha sido nuestra primera vez y dicen que esas nunca se olvidan pero tenemos ganas de más… ¿nos acompañas junto a IKAI VANS?
Puente de diciembre: sugerencias Ikai Vans
El plan realizado por Emulsion Gourmet se puede adaptar a este puente de diciembre alargando la estancia un par de noches en Bordeaux, capital de esta región famosa por sus experiencias culinarias.
Al Museo del Vino en el puente de diciembre
Burdeos es un destino ideal para un puente, especialmente el puente de Diciembre, ya que la ciudad está decorada con motivos navideños, todos ellos alrededor del mercadillo navideño de Allées de Tourny, El árbol de Navidad gigante de la plaza Pey-Berland, La iluminación de Cours de l’Intendance.
El centro de Burdeos está lleno de diferentes tipos de restaurantes. Para nosotros dos de los restaurantes más recomendados son el restaurante Fufu Ramen, impresionante, pero muy concurrido, y el Le Bar a Vin, un local donde degustar vinos de la zona acompañados de tablas de embutido y queso, perfecto para este puente de diciembre ¿No creéis?
La zona del Museo del Vino es una zona donde uno puede pasear durante un día y con buenas comunicaciones tanto en tranvía como en autobús. Se puede comenzar por la base de submarinos, hoy en día convertida en un museo ‘Les Bassins des Lumières’ donde sus paredes ejercen de lienzo para proyectar diferentes pinturas convirtiendo la experiencia en una realidad inmersiva.
Un museo de los que merece la pena visitarlo. Tras esta experiencia se puede caminar por la zona de los Piers hasta el museo del Vino. En este tramo los antiguos locales dedicados al puerto se han convertido en diferentes restaurantes donde la oferta gastronómica es considerable.
El museo del vino es un edificio que impresiona por su silueta, la experiencia en el interior no defrauda con diferentes espacios relacionados con el caldo que da nombre a la denominación de origen.
Pero todo no van a ser vinos en este artículo, si somos amantes de la cerveza a dos pasos de La Bieristerie encontraremos la cervecería Le Sur Mesure Bordeaux un paraíso para los amantes de la cerveza con más de 20 grifos de cerveza artesanal.
Con esto finalizamos nuestra sugerencia gastronómica cultural para el puente de diciembre en Bourdeaux.
Viaje en familia en autocaravana Ikai Vans
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